
Hoy nos despedimos de Jorge Mario Bergoglio, líder espiritual y máxima autoridad de la Iglesia católica, quien ha dejado este mundo. Nacido en 1936, fue el 266.º papa de la Iglesia católica y el octavo jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano.
Su legado ha sido vasto y significativo, marcado por diversas acciones que trascendieron lo religioso para incidir profundamente en los ámbitos social, ambiental y humano. Entre ellas, destaca la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común —conocido también como la Declaración de Abu Dabi—, suscrito el 4 de febrero de 2019 junto al Gran Imán de al-Azhar. Este documento hizo un llamado contundente a musulmanes y cristianos a proteger la dignidad de toda persona humana y a trabajar unidos por la paz, en una época atravesada por el extremismo religioso y nacionalista. Exhortó, además, a los líderes intelectuales y a los medios de comunicación a comprometerse activamente con esta causa.
En su catequesis sobre los dones del Espíritu Santo, el “Papa Francisco” abordó también la relación entre la fe y la ciencia. Señaló que el conocimiento permite percibir la grandeza de Dios a través de la Creación, llamando a custodiarla como un don valioso para todos. Respaldó así la compatibilidad entre la fe y teorías científicas como el Big Bang, en línea con lo planteado por el papa Pío XII, reafirmando que la ciencia no contradice la idea de un Dios creador.
Desde su pontificado, Jorge Mario Bergoglio alzó la voz en defensa del medio ambiente, especialmente a través de la exhortación apostólica Laudate Deum, en la que urgió a tomar medidas concretas frente a la crisis climática, condenando el negacionismo y llamando a una acción global inmediata.
En cuanto a temas relacionados con la diversidad sexual, pidió respeto y acogida hacia personas gays y trans. En 2023, mediante la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, se aprobó la posibilidad de bendecir a parejas del mismo sexo y a aquellas en situaciones consideradas “irregulares”, marcando un paso significativo hacia una Iglesia más inclusiva.
Pese a estos gestos de apertura, lamentamos que su postura hacia la francmasonería se mantuvo en oposición, continuando con las históricas reservas expresadas por la Iglesia, a pesar de que algunos de los miembros de la francmasonería se identifican como católicos practicantes.
Concluimos deseando que su partida sea recordada por sus esfuerzos por construir un mundo más justo y fraterno. En muchos sentidos, sus acciones han encarnado los ideales de libertad, igualdad y fraternidad —principios basales que inspiran tanto a la masonería como a variadas sociedades democráticas contemporáneas.
Federación Pionera Chilena.
LE DROIT HUMAIN
