Marie Bonnevial (1841 - 1918)

Nace en Rive de Gier en el seno de una familia muy modesta. Consigue estudiar y llega a ser Institutriz en Lyon bajo el Segundo Imperio. Muy pronto se muestra sensible a las injusticias sociales, contra las cuales se manifiesta abiertamente. Durante la guerra de 1870 se hace enfermera voluntaria y en 1871 se une al movimiento de la Comuna.

Milita por la creación de un sindicato para las Institutrices. Bajo el gobierno de la Orden Moral pierde sus funciones en razón de su apoyo a los partidarios de la Comuna. Es condenada a prisión el 28 de Mayo de 1871. Se exilia en Turquía en donde se encuentran muchos en su misma condición. Contratada por familias comerciantes burguesas, enseña francés a los niños. Regresa a Francia en 1877. Se va entonces a Paris en donde crea, en el distrito 18, una escuela profesional.

Es entonces cuando establece relaciones con variados medios: espirituales, literarios, sociales, etc. Se une a la Liga de los Derechos de las Mujeres, en donde conoce a Maria Deraismes y Clémence Royer. El 3 de noviembre de 1894 es iniciada en la Logia Nº1, legendaria Logia primigenia de la que sería, a partir de 1901, la Orden Masónica Mixta Internacional “Le Droit Humain”. En 1895, ella crea a Lyon la Logia Nº2, hoy día “Evolution et Concorde”; y en 1904 crea la Logia Nº 4, la cual lleva su nombre como título distintivo.

Su personalidad y sus actividades la hacen conocida y a todos impresiona. Está en contacto con muchos masones, como Gabriel Persigoud a Bordeaux, con el cual se une para la creación de un sindicato para las Institutrices. Durante la guerra retoma sus actividades de enfermera voluntaria.

En 1913 asume la presidencia del Comité Permanente del Supremo Consejo de “Le Droit Humain”. A la muerte de Marie-Georges Martin, ella le sucede en el cargo como Gran Maestre.

En 1918 es atropellada por una ambulancia militar, muriendo más tarde en el hospital, sin antes haber dejado un legado de compromiso, trabajo efectivo, diligencia y lucha por sus ideales sociales y espirituales, todos reflejados en su herencia a la Humanidad.

 

“El equipo de redacción del Diario La Fronde (1897-1903), conocido con el sobrenombre “El tiempo en enaguas”, primer periódico francés dirigido, administrado, redactado y compuesto  por mujeres, al frente del cual estuvo, desde su fundación, la escritora y actriz Marguerite Durand (1864-1936), refleja todos los matices de la cultura de izquierda del momento: la francmasona y librepensadora Marie Pognon, presidenta de la Liga Francesa para el Derecho de las Mujeres y la Liga Socialista de Mujeres; la institutriz socialista Marie Bonnevial, amiga de Louise Michel, que participó en el Congreso Internacional Socialista de 1878 junto a Guesde y Lafargue; Marie-Georges Martin, también francmasona y fundadora en 1891 de una hoja titulada Journal des Femmes; 

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la física, naturalista y filósofa Clèmence Royer, miembro de la logia mixta Los Libres Pensadores de Pecq, que tuvo que exiliarse durante el Segundo Imperio a Lausanne e Italia; Eugénie Potonié-Pierre, discípula tardía de la escuela fourierista; Mme. Vincent, que había participado en la Comuna; la pedagoga e inspectora general de las escuelas maternales Pauline Kergomard, relacionada con los anarquistas Elie e Elisèe Reclus; la socialista Aline Valette, miembro del Consejo Nacional del Partido Obrero francés de Jules Guesde, la sufragista Hubertine Auclert, la librepensadora Marie Vérone, institutriz que llegó a perder su trabajo por las ideas que profesaba.” – (estracto del Libro “Feminism and the periodical press, 1900-1908, Volumen 3)

Texto pronunciado por la Hna:. Marie Bonnevial en las exequias del M:.I:.Hno:. Georges MARTINen el nombre del Supremo Consejo Universal Mixto de  “Le Droit Humain” (El Derecho Humano) 

MM:.QQ:.HHnos:., MM:.QQ:. HHnas:.

Lloremos mis HH:. a nuestro gran apóstol, nuestro venerado H:. fundador ya no está. Hace solamente dos semanas, inaugurábamos oficialmente este Templo que levantó piedra a piedra y cuyas puertas van a cerrarse para siempre sobre él.
Esta solemnidad que él había preparado hasta sus últimos detalles, incluso ya afectado por el sufrimiento,  hubiera sido para nosotros, si lo tuviéramos entre nosotros, una fiesta, una ocasión de dulce alegría; y ¡cuan exquisita hubiera sido para él, el valeroso obrero que llevó su obra hasta el final! La celebración estuvo como enlutada por nuestro dolor. Sin embargo, esperábamos  contra toda esperanza, verlo de nuevo en su puesto, guiándonos con su gran experiencia masónica en el camino de la justicia y de la verdad. ¡No, ya no oiremos nunca más su voz amiga vibrante de ardiente fe dándonos fuerza y esperanza! Nuestras dos grandes primeras luces, Georges MARTIN y Marie Georges MARTIN, se apagaron mediando poco tiempo el uno de la otra. Unidos por el pensamiento, unidos en la acción, permanecerán unidos en  nuestro agradecido recuerdo. Lo que dieron de dedicación a nuestra causa, nunca lo olvidaremos. Nos indicaron el camino a seguir, lo seguiremos. Somos los obreros a quien dieron la piedra, dieron las herramientas, expusieron los planos necesarios para la edificación del Templo. Trabajemos bajo la triple inspiración de nuestros fundadores: Maria DERAISMES y Georges MARTIN y nuestra G:.M:. Marie Georges MARTIN, que estaba también tan impregnada del espíritu masónico… Imitemos cuanto podamos la incansable actividad de nuestro querido y M:.Ill:.H:. fundador. Como él tenía el derecho de estar orgulloso de su obra, nosotros los estamos del que la concibió: es la obra de un gran hombre de bien, es la obra de un gran ciudadano. Relacionó sobre todo su nombre al de la Mas:.mixta universal que consideraba como la mejor manera de realizar la igualdad integral, y en todas las ocasiones formuló un ideal social que asegurara a todos el bienestar por el trabajo, y la felicidad a través de la justicia y la libertad. En el consejo municipal se le vio ocupándose del problema de las jubilaciones, del socorro a los enfermos o a los mutilados del trabajo industrial; preconizando la protección de la infancia. La obra de lactancia maternal fundada por nuestra Ha:. Becquet de Vienne le debe la primera subvención que el Consejo municipal, bajo la inspiración del portador, dedicó a esta fundación. Así podía decir con Terencio: ”soy hombre y nada de lo humano me es ajeno.”
Dado que era por excelencia hombre del Deber, tenía una idea elevada del Derecho. Todo lo que iba contra el derecho y la justicia indignaba su espíritu sincero. Este sentimiento prevalecía en el feminista que era. La Federación de las Sociedades Feministas, contó con él entre sus miembros. En el Senado, fue uno de los ms ardientes defensores del voto político de las mujeres. Recientemente, era marzo de 1916, aún sufriendo ya enormemente por el mal que lo acechaba, felicitaba al diputado L. Rerouzic por el homenaje que rendía este parlamentario al coraje de nuestras campesinas y le escribía:
“Si, las mujeres francesas son merecedoras de la Patria. En todos los dominios: en el taller, en los campos, en los hospitales, en las escuelas, se han mostrado a la altura de todos los deberes. Durante esta guerra, han crecido en la estima y en la admiración Universal. Estaréis de acuerdo con nosotros entonces que las mujeres, nuestras iguales en deberes, deben serlo también en los derechos”.
¡He aquí mis Hnos:.y Hnas:., al hombre que perdemos! Lloramos su ausencia, pero no seriamos dignos de él, de su gran y noble vida, si nos dejáramos llevar por el desaliento. Puso la obra en el buen camino. En los Templos  que la Masonería Mixta ha alzado en sus dos hemisferios, son legión los HH:. y HHa:. que se apresuran sobre las Col:. ávidos de recoger la buena palabra y de entregarse la antorcha de la Verdad. Querido hermano y tan profundamente añorado, al entrar en la G:. L:.E:. no verás el triunfo integral de esta igualdad por la que trabajaste como un buen obrero; pero sabías que llegaría el día y es esta certeza la que ha puesto en tus labios cerrados la sonrisa del justo que confía en el porvenir. Ve pues a tomarte, cerca de nuestra añorada G:.M:., un descanso merecido; nos dejas hoy; mañana estaremos en la acción. ¡En el nombre del Supr:.Cons:.Uni:.Mix:., en el nombre de todas nuestras LL:. del “DERECHO HUMANO” e igualmente de los HH:. de todas nuestras obediencias que han venido a añadir sus lagrimas a las nuestras, Adiós!