MARIA DERAISMES (1828- 1894)

Primera mujer iniciada, fundadora de LE DROIT HUMAIN (El Derecho Humano)

MARIA-Adélaïde DERAISMES nació el 15 de agosto de 1828 en París, en el seno de una familia burguesa y afortunada de liberales y republicanos. Hija de François Deraismes y Anne Solei, recibió una educación muy cuidada que, unida a su curiosidad permanente, le llevó al estudio de la Literatura, de los filósofos (Leibnitz, Hobbes y de los ingleses y alemanes del siglo XVIII), las lenguas clásicas y las religiones (la Biblia, los Padres de la Iglesia, los libros traducidos de las religiones hindúes y orientales…).

Cuando tenía 23 años, la familia se trasladó a Niza, falleciendo su padre al año siguiente. Su madre, junto a Anne Feresse, su hermana mayor, regresaron a Paris, falleciendo su madre en 1861.

Anne enviudó en 1865 y, como no tuvo hijos, ambas decidieron vivir juntas a partir de entonces en el domicilio particular, pues estaban bien respaldadas por un fuerte patrimonio familiar. El salón de las dos hermanas quedó abierto por esas fechas y frecuentado por gente procedente de las ciencias, las artes, la política y la masonería. Los estudios más abstractos y arduos no le desalentaban, así como los artísticos, de hecho, en su juventud había estudiado pintura y música. Más que ser culta, llega a ser erudita, citando a los Padres de la Iglesia, a filósofos griegos o el Pensamiento Oriental en sus conversaciones o escritos. Como muchas mujeres de vanguardia de su generación, ella se emancipó y luchó.

Rápidamente se lanzó a la vida literaria, se hizo periodista y una conferenciante sin igual, manejando además el libelo con brío. Abordó temas muy variados que tenían que ver con lo social, la religión, la moral…

Bajo el Segundo Imperio (1852-1870), el teatro era otra forma de escritura donde las mujeres intentaron opinar. MARIA DERAISMES, como otras (Las mujeres invisibles del teatro francés, Alison Finch, dice: “de las 32.000 obras escritas en el siglo XIX, 700 lo son por mujeres, en su mayoría vodeviles, comedias, melodramas, generalmente en un acto”), escribe comedias de salón (A buen gato, buena rata, 1861; El teatro en casa, 1864; Volver con mi esposa, 1862; Un sobrino por favor, 1862; El Padre culpable, 1862), que pueden hacer pensar, por su cercanía a las Comedias y Proverbios de Musset, que ya se perciben sus compromisos feministas. A buen gato, buena rata regresa a una crítica poco convencional de los estereotipos de género (Alison Finch, op. cit. pág. 72-73)), Volver con mi esposa sugiere que un adulterio de un solo lado -del marido-, comprende una forma de sadismo e induce a cuestionarse el divorcio. En sus conferencias posteriores ella volvería a tratar el asunto del divorcio. MARIA DERAISMES ataca a Dumas hijo y a Victorien Sardou que se alimentan de estereotipos -la mujer es un ángel o una pecadora-, mientras que el feminismo impone una nueva visión de la mujer que ha rechazado el corsé y los prejuicios. En cambio, Antoinette, la heroína de A buen gato, buena rata, rechaza un cigarrillo, pese a que fumar sea entonces un signo de emancipación de las mujeres.

La iluminada “mujer de las letras” evoluciona y descubre el feminismo.

Desde el siglo XVIII, el periodismo ya no está reservado a los hombres. Como George Sand -pseudónimo de Amantine Aurore Lucile Dupin de Dudevant, quien fuera una destacada escritora, periodista y revolucionaria francesa-, o como Delphine de Girardin -escritora francesa nacida en Aquisgrán, hija de Sigismond Gay, señor de Lupigny en Savoya y de su esposa Sophie Nichault de la Vallette, desde muy pequeña fue miembro activo de una brillante sociedad literaria francesa-, (Women’s writint in nineteenth-century France, Alison Finch, Cambrige Unversity, press, 2000, pág. 130 y adelante), MARIA colaboró regularmente en diferentes periódicos: Le Grand Journal, La Época, Le Nain Jaune y en la revista Le Droit des Femmes.

Las ideas republicanas de MARIA DERAISMES, su reputación de oradora, sedujeron a los hombres políticos de la época, en particular a aquellos que estaban relacionados con el feminismo. Así, desde 1866, es solicitada por el Gran Oriente de Francia, en aquella época la obediencia masónica masculina más importante, para participar en conferencias. En un principio dudó, pero acabó aceptando, ya que un artículo publicado meses antes, despectivo hacia las actrices y la mujer en general, le había escandalizado, lo cual la motivó a comenzar una serie de conferencias sobre la mujer.

Después del éxito de la primera, tomó fuerzas con la esperanza de poder expandir libremente sus ideas, transmitiendo al público aquella fuerza que la animaba, aquella fe en un orden social mejor. Sucesivamente abordó temas como la moral, la historia, la literatura, el derecho del niño, el papel del clero en la sociedad, la mujer, etc. Algunas de sus ideas se recogieron en propuestas de ley, como el derecho de elección de mujeres en los tribunales de comercio o los derechos civiles de las mujeres. MARIA DERAISMES era una feroz anticlerical. Se adhirió al movimiento de El Libre Pensamiento, en donde funda y dirige una sección, La Libre Pensée de Seine et Oise; para ella, los derechos de las mujeres y el anticlericalismo son indisociables. Puso mucho entusiasmo en recordar la suerte de las mujeres en las diferentes religiones, entre ellas el cristianismo: El cristianismo hace recaer sobre la mujer la mayor parte de la responsabilidad en la culpa original […] Al entrar en lo viejos relatos, descubro una falta, una transgresión a la ley eterna, de la que la mujer se habría hecho culpable…Eva, entre los hebreos y Pandora, entre los griegos, pierden a la humanidad por su curiosidad fatal. Entre los celtas, las hijas de los Gigantes aparecen y corrompen a los hijos de los hombres. La Glosa china afirma que hay que desafiar las palabras de la mujer, sin explicar más. (Eva en la Humanidad, La mujer en el derecho. Pág. 15).

Durante la guerra Franco-Prusiana de 1870, organizó, con su hermana mayor, también masona Anne-Feresse Deraismes, una ambulancia en una de sus casas en la calle Saint-Denis, en el distrito 1 de París. Pero su mala salud le hizo marchar de París, para instalarse en Saint-Malo, ciudad portuaria en Bretaña, en donde dio una conferencia que tuvo un gran éxito: República y Monarquía.

Después del desastre de 1870, que terminó con la creación y represión de la “Comuna de París” en mayo de 1871, emprendió una campaña a favor de los principios de la democracia y participó en todas las luchas políticas a favor de la consolidación de la 3º República, persuadida de que quedaba todavía por realizar una gran obra de paz.

Paralelamente a su lucha por la defensa de la democracia, en 1876 fundó y dirigió la “Sociedad para la Reivindicación de las mujeres”, que luchaba por el desarrollo de la enseñanza femenina. Dos años después, contribuyó, junto al Hermano León Richer, miembro del Gran Oriente de Francia, al primer “Congreso Internacional del Derecho de las mujeres”, luchando especialmente por el voto de las reformas tendentes a instaurar la igualdad total entre los sexos. Su lucha feminista no se expresó jamás en oposición al sexo masculino. Escribió: Vemos en el hombre y la mujer identidad de composición. Hechos del mismo barro, animados por el mismo aliento, hay una equivalencia entre los dos (La Mujer y el Derecho).

La acción de MARIA DERAISMES en la sociedad y su participación en conferencias organizadas por el Gran Oriente de Francia, le permitieron tejer relaciones privilegiadas con los miembros eminentes de esta obediencia. Fue en 1879 cuando, con el impulso de algunos miembros de esta obediencia, solicitó su admisión en la Logia “La Clémente Amitié” del Gran Oriente de Francia. Su candidatura fue rehusada casi por unanimidad.

En junio de 1881, en el congreso anticlerical, en ausencia del presidente Victor Schoelcher a quien reemplazó, triunfó ante más de cuatro mil delegados. Durante el congreso se decidió incluir el proyecto de ley sobre la separación de las Iglesias y el Estado. Su actividad y compromiso eran tales que se forma un comité para presentar su candidatura a las elecciones legislativas. Mujer de razón, rechazó la oferta, sabiendo que su candidatura era inadmisible, pues todavía, de acuerdo con la ley vigente, solo los hombres son elegibles.

El 14 de enero de 1882, se abrió para MARIA DERAISMES un período nuevo. Los Hermanos de la logia “Les Libres Penseur du Pecq”, en Le Pecq, pequeña localidad a 19 kilómetros al oeste de París, de la Gran Logia Simbólica Escocesa de Francia, decidieron con entusiasmo iniciarla, sabiendo que transgredían el artículo 67 de su constitución, el que prohibía la admisión de la mujer y un principio impuesto en la Constitución de Anderson de 1723, el cual prohibía admitir: siervos, mujeres, hombres inmorales y escandalosos.

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Sin embargo, el alcance de esta iniciación fue muy grande, tanto en lo político como en lo simbólico. Alphonse Houbron, entonces su Venerable Maestro, aceptó diciendo: Mi primer cuidado será hacer consagrar la palabra autonomía, mediante la injerencia del elemento femenino en el seno de la Logia, para combatir efectivamente el clericalismo, pues, destruir en la mujer los prejuicios combatiéndolos con la moral y la Luz masónica, es preparar, pacíficamente, la verdadera emancipación social. El Hermano Delaunay, quien no pudo asistir, escribió: Veo con placer que, rompiendo con una tradición absurda, recibís a una mujer entre vosotros. Os felicito cordialmente por ello (A.N.117 AS/1). La ceremonia dio lugar a una gran fiesta, bajo los auspicios morales de Victor Hugo y Louis Blanc, durante la cual Alphonse Houbron hizo disparar ocho entusiastas brindis. Ella emocionada expresó: Agradezco a la Logia “Les Libres Penseurs de Pecq” que me ha hecho hoy el honor de recibirme entre sus miembros. La puerta que habéis abierto no se cerrará detrás de mi, y toda una legión me seguirá. Habéis dado una prueba, mis Hermanos Masones, de sabiduría y energía. Para vosotros un prejuicio está vencido. Sin duda sois una minoría, pero una minoría gloriosa, a la que pronto deberán adherirse la mayoría de las logias de la Masonería. La presencia aquí de eminentes Hermanos es para mi un seguro de garantía. Prepararéis así una verdadera democracia. Permitidme una palabra para terminar. Es de suponer que la ortodoxia francmasónica nos prohibirá algún tiempo todavía la entrada en sus templos y continuará considerándonos como a un profano. Esto no será capaz de conmovernos. Trabajaréis activamente para que retroceda de su error. En suma, lo que se dice de ella, lo diremos nosotros. Estamos bien aquí, aquí permaneceremos.

El escándalo fue enorme y sacudió a la masonería masculina. Alphonse Houbron fue desautorizado y la logia cerrada.

Sin embargo, la noticia de la iniciación de MARIA DERAISMES se sabe incluso en el extranjero; en visita en Francia, la conocida feminista estadounidense Elisabeth Cady Staton la recibe y le dice: the only female free-mason in France and the best orator in our country (He aquí, la única francmasona en Francia y el mejor orador en nuestro país). En 1889, Maria invitó a su vez a “su eminente hermana” Elisabeth Cady Stanton a asistir al Segundo Congreso por el Derecho de la Mujeres.

GEORGE MARTIN, médico feminista, Consejero General, iniciado en la Logia “Union et Bienfaisance”, de la Gran Logia Simbólica Escocesa de Francia, bajo el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, quien había asistido a la iniciación de MARIA DERAISMES y siendo miembro de la Comisión Ejecutiva de la Gran Logia Simbólica Escocesa de Francia, estaba muy dispuesto a llevar a cabo esta revolución dentro de la Masonería, pero finalmente constató -luego de varios años de  recorrer logias tratando de afiliar a aquella reconocida mujer que había atravesado el espacio sagrado mediante el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, incluso trató de conseguir, también sin éxito, el apoyo de su logia “La Jérusalem Ecossaise”, en la que era su Venerable Maestro-, en su lucha al interior de las obediencias masculinas, que éstas no se abrirían a las mujeres; era necesario pues cortar con la Masonería masculina. Con MARIA DERAISMES fundó, en 1893 una nueva obediencia: la Gran Logia Simbólica Escocesa de Francia, Le Droit Humain.

Rechazada por las obediencias masculinas, a pesar de haber tenido una Iniciación en regla, MARIA DERAISMES fue más allá, creando, junto a GEORGE MARTIN, la ORDEN MASÓNICA MIXTA INTERNACIONAL “LE DROIT HUMAIN”. En esto, ella es una figura de la historia del feminismo, una fundadora, una de esas mujeres que “despertaron a Francia” (Estas mujeres que han despertado a Francia, Jean-Louis Debré, Bochenek, Valérie París, 2012. Una nota de este libro está dedicada a MARIA DERAISMES) y cambió para siempre a la masonería.

MARIA DERAISMES no vio más que las primicias de su obra, ya que, prematuramente, falleció el 6 de febrero de 1894, dejándonos este mensaje: Os dejo el Templo inacabado, seguid, entre sus Columnas, el Derecho de la Humanidad.

Fue sepultada civilmente en el Cimentière de Montmartre, sus obras completas fueron publicadas en 1895 y mucha información de su trabajo se puede encontrar en la Biblioteca Municipal Marguerite Durand de París. Para honrar su memoria, una calle de París fue nombrada para ella y una estatua suya fue erigida en la Plaza Epinettes de París. La plaza principal de la ciudad de Saint Nazaire, también fue nombrada en su honor.

Bibliografía: