Trabajo Masónico

El trabajo masónico se efectúa durante las reuniones llamadas Tenidas, en un local que se llama Templo.

El trabajo se desarrolla según un método ritual y simbólico, que encuentra sus raíces en la tradición de la Francmasonería universal.

Durante la Tenida, el ritual integra a los Masones en un contexto que los aísla de la agitación exterior. Todo miembro puede expresar sus opiniones, con franqueza y mesura, en total libertad y confianza, después de haber solicitado la palabra.

Se analizan todas las opiniones con un espíritu de Tolerancia y Fraternidad.

Los Aprendices se someten a la ley del silencio, que corresponde a un tiempo de reflexión.

Los símbolos se proponen para invitar a la reflexión con el fin de descifrarlos.

En las Federaciones, los miembros participan en el estudio de temas anuales, sociales y simbólicos. Los estudios con resultado social pueden desembocar en síntesis que se difunden en el mundo profano para ser, eventualmente, utilizadas por los legisladores.

Por otra parte, se invita a todas las Logias a estudiar un tema internacional, cuyo informe sintético se presenta en los Conventos Internacionales.

Además de estos temas que las Logias votan, se puede estudiar en las mismas cualquier otro tema filosófico, simbólico o social, después de haberlo sometido a votación.
La asistencia a los trabajos de la Logia es indispensable, dada la importancia de la vida comunitaria en las Tenidas. Nadie puede convertirse en verdadero “Masón”, en el verdadero sentido de la palabra, si no asiste frecuentemente a las reuniones, ya que es en la Logia, gracias a la participación en los trabajos, a la reflexión y al intercambio, donde tiene lugar tal proceso.

Todo ser humano, cualquiera sea el origen o el nivel de instrucción, es capaz de realizar este trabajo sobre sí mismo, este trabajo de búsqueda y de reflexión.

Tal es el sentido del adagio socrático:  “Conócete a tí mismo”.

El camino iniciático no propone solamente un trabajo intelectual, sino que requiere también de intuición, imaginación, creación y afectividad, lo que abarca la totalidad del Camino filosófico del ser humano.

A través de un lenguaje compartido -el de los símbolos- y sobre la base de una cultura compartida -la de la tradición-, apoyándose en el ritual, los Francmasones logran una capacidad de escuchar al otro y una calidad de diálogo que favorece el intercambio de ideas y prepara el futuro.